Este Congreso, es la continuidad de un valioso trabajo realizado en las Primeras Jornadas Preparatorias celebradas en San Luis en octubre del 2012. Creemos necesario repensar y reflexionar sobre la formación de nuestras/os futuras/os psicólogos/as en el marco de un mundo globalizado económicamente, en un contexto que demanda permanentemente nuestros aportes caracterizado por una enorme desigualdad social, por cambios en las relaciones y prácticas sociales y por una diversa gama de emergentes a los que se hace necesario dar respuesta desde la docencia, la investigación y la extensión universitaria. Estas realidades, nos atraviesan, desafiándonos a ejercer nuevos modos de participación e intervención que propendan a la salud de la comunidad.

El clásico debate sobre la tensión existente entre la práctica y la teoría en el marco de la construcción de una disciplina neutra/aséptica, o bien de una disciplina involucrada con la gente y con la sociedad, se vislumbra en todos los trabajos presentados en dichas jornadas.

¿Cómo construir una disciplina comprometida con la sociedad y la comunidad en universidades  supermercados donde el/la estudiante es un/a cliente, el conocimiento una mercancía y los/as docentes son empleados asalariados en calidad de enseñantes? Pensar estos interrogantes nos interpelan, nos desafían, nos deconstruyen, a la vez que nos posicionan para reflexionar qué formación estamos proponiendo en esta relación dialéctica entre docente-conocimiento-estudiante.
Las particularidades del contexto (el ámbito laboral exige a las y los profesionales, las características de las personas y las comunidades con las que trabajamos, las instituciones públicas y privadas, las problemáticas que nos desafían como científicos y profesionales, entre algunos condicionantes sociales, políticos y económicos), hacen necesaria una formación, unas metodologías, técnicas y modelos de abordaje específicos y contextualizados.
Las características de la formación de las y los psicólogas/os en las universidades públicas y privadas de nuestro país, presentan una tendencia hacia el desarrollo de contenidos curriculares poco aplicados, incluso con un sesgo teórico importante y con un bajo desarrollo de otras técnicas de intervención más adecuadas para el abordaje en diferentes ámbitos de actuación de psicólogas y psicólogos en tanto científicos y profesionales.